El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien goza de abrumadora popularidad por su “guerra” antipandillas, se autoproclamó reelecto en los comicios del domingo con un 85% de los votos que, aunque todavía no es oficial, le dan un poder absoluto.
San Salvador, El Salvador /AFP
Si bien aún no declara ganador ni oficializa el resultado, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) precisó en su portal que Bukele tiene 1.98 millones de votos –incluidos los del exterior– de un total de 2.32 millones de sufragios válidos, lo que da un 85.2% con el 70% de las juntas receptoras de votos escrutadas.
Sin esperar al TSE, Bukele anunció un triunfo arrollador que batió récords, no solo por su reelección para otros cinco años de mandato, sino por haber ganado 58 de los 60 escaños del Congreso, una supermayoría calificada.
Estados Unidos, China, la Unión Europea, México, Ecuador, Costa Rica y otros países felicitaron a Bukele. El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, le recordó que Washington seguirá dando prioridad a “los derechos humanos”.
Detenidos
Con la guerra antipandillas, el país vive desde hace dos años bajo un estado de excepción que deja casi 76,000 detenidos sin orden judicial, de los que más de 7,000 fueron liberados por ser inocentes. Organismos de derechos humanos denuncian detenciones arbitrarias, torturas y muertes en prisión.
La autoproclamada victoria de Bukele “es el resultado previsible” de acciones en su gobierno “que lograron una concentración de poder absoluta”, afirmó Tamara Taraciuk, directora del Programa sobre Estado de Derecho de Diálogo Interamericano, con sede en Washington.
“La democracia salvadoreña está en jaque”, subrayó.
Desde el balcón del Palacio Nacional, en el casco histórico capitalino, frente a una multitud de simpatizantes que lo ovacionaba, Bukele celebró que será “la primera vez que en un país existe un partido único en un sistema plenamente democrático”.
“No existe tal cosa […]. Un valor esencial de la democracia es que el pueblo elija libremente y eso no es posible si no hay opciones”, comentó Taraciuk.
Sin oposición
Ninguno de los cinco candidatos de la oposición logró más del 7%, incluidos los del izquierdista Frente Farabundo Martí (FMLN) y de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que se alternaron el poder desde que terminó en 1992 la guerra civil.
Rubén Zamora, analista y exembajador en Washington, aseveró que “un Estado dictatorial lleva a la sociedad a un partido único porque no puede vivir con oposición”. Para él, es el caso de El Salvador.